Asmodeo
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"Asmodeus es presentado como el rey de todos los demonios, similar al concepto cristiano de Satán, y como amante de Lilith después de que ésta abandonara a Adán."
Asmodeo
Asmodeus (Asmodai o Sydonai o Chammadai,Asmodeo, Asmodaeus) es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit del Antiguo Testamento. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (zoroastra) de los persas. Probablemente, llega al judaísmo durante el tiempo en el que este pueblo se halló bajo la dominación persa, y más tarde, pasaría al cristianismo.
Descripción
En el Libro de Tobit, Asmodeus se enamora de Sara, hija de Raquel, y cada vez que aquélla contrae matrimonio, mata al marido la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio. Más tarde, Sara se promete a un joven llamado Tobías hijo de Tobit. Éste recibe la ayuda del arcángel Rafael, el cual le enseña cómo librarse del demonio. De este modo, Tobías coge un pez y le arranca el corazón y el hígado, colocándolos sobre brasas. Asmodeus no puede soportar los vapores así desprendidos, y huye a Egipto, en donde Rafael le encadena. No se sabe más de la suerte que corre este demonio, pero aquí es presentado como símbolo del deseo carnal.
En el Talmud, Asmodeus no parece ser una criatura tan maligna como en otros libros, sino que relata historias sobre su trato con el rey Salomón. Al parecer, Salomón llegó a atrapar al demonio y le obligó a construir el Templo de Jerusalén. En otra leyenda, Asmodeus y Salomón se cambiaron el uno por el otro durante varios años. En otra, en fin, Asmodeus es presentado como el rey de todos los demonios, similar al concepto cristiano de Satán, y como amante de Lilith después de que ésta abandonara a Adán.
Asmodeus y Samael "El Veneno de Dios" son uno de los nombres que se le da a Lucifer tras tentar a Eva con el fruto de uno de los árboles prohibidos (el del conocimiento del bien y del mal), tras su caída se emparejó con Lilith, la primera mujer de Adán y con ella engendró miles de demonios.
En ocasiones se atribuye a Asmodeo la paternidad del mago Merlín.
Asmodeo sirvió de inspiración al escritor Luis Vélez de Guevara para escribir su famosa novela El Diablo Cojuelo. Asimismo, Asmodea es el título que recibió en el inventario de 1829 un cuadro de Francisco de Goya.
Salomón y Asmodeo
La tradición judía relata que cuando el rey David se encontraba en los umbrales de la muerte, llamó a su hijo y sucesor, Salomón, para la despedida final. Salomón era joven, inexperto y estaba muy preocupado por la corona que pronto sería suya. Le rogó a su padre que le dejara algo que pudiera serle de ayuda en tiempos de crisis. Su padre le dió un joyero que contenía una moneda. "Cuando te encuentres en aprietos", dijo David, "abre este estuche y mira la cara de la moneda. Pero cuando te encuentres en la cima del bienestar, vuelve a abrirla y dale la vuelta y mira el lado opuesto. Que Dios sea contigo, hijo mío". Y murió.
Los años pasaron y Salomón se encontró asediado por problemas graves. Entre los altos rangos de sus oficiales mayores se gestaba una rebelión. Las varias esposas con las que había casado le exigían opuestos caprichos, llegando incluso a construir altares para los dioses extraños que en sus países de origen acostumbraban a idolatrar. El inmenso peso económico y logístico de construir el primer Templo para el Dios de Israel era casi imposible de resistir.
Salomón estaba abatido y apesadumbrado cuando recordó el consejo de su padre y abrió el joyero. En la cara de la moneda leyó las palabras hebreas: Gam zeh ya'avor que significan "Esto también pasará". Se sintió profundamente reconfortado por el mensaje y volvió a tomar el control de su destino con confianza y decisión. Se superaron los obstáculos. Se disipó la rebelión. Se terminó el glorioso Templo de Dios, un Templo cuya gloria física y espiritual ensombrecía toda forma de culto pagano en Israel. Los barcos de Salomón surcaron los mares y trajeron gran prosperidad a su pueblo. Desde todos los lugares, los altos y los poderosos hacían peregrinaciones para rendir tributo a Salomón, a sus riquezas y a su sabiduría. Sentado en el cenit, Salomón olvidó las últimas palabras de su padre. No volvió a abrir el joyero.
Fue entonces cuando Asmodeo, Rey de los Demonios, golpeó la puerta de su corazón. Según la leyenda, Asmodeo había sido llevado encadenado ante el rey Salomón y convertido en su esclavo. Tener tanto poder sobre el Rey de los Demonios era otro logro supremo que enriquecía el orgullo de Salomón e aumentaba su sensación de ser invencible.
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