sábado, 22 de noviembre de 2008

Ahora le toca al EDEN... Esto es lo que sabemos de el.


El Edén (en hebreo עדן) es, según el relato bíblico del libro del Génesis, el lugar donde habría puesto Dios al hombre después de haberlo creado a partir del polvo de la tierra.

Y Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado.
Génesis 2:8



Tomó, pues, Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Génesis 2:15


Etimología de la palabra Edén

La palabra Edén suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso, sin embargo la palabra Paraíso originalmente se refiere a un bello jardín extenso; mientras que Edén, es una palabra de origén acadio (un pueblo de estirpe semita), cuyo significado se refiere a un lugar que es puro y natural. Así, Edén se refiere más bien a una región geográfica, mientras que el Paraíso se refiere a un lugar más específico (un huerto o jardín situado en la parte oriental de dicha región).


Descripción e historia
En la Biblia se indica que el Edén es un huerto o jardín que habría existido (al oriente), indicando su existencia en una región que se hallaría en el Oriente Medio. Igualmente se dice que de él salía un río que se dividía en cuatro, llamados: río Pisón, que se dice, rodeó toda la tierra de Havila; el río Gihón, que habría rodeado toda la tierra de Cus; el río Hidekel (río Tigris); que iría al oriente de Asiria; y el río Éufrates.
En el jardín del edén Dios habría colocado dos árboles especiales, llamados el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida; y, además, en este huerto, Dios habría colocado a Adán y Eva, para que vivieran.
En este lugar, Dios le otorgaría al hombre todo aquello que necesitase para tener gozo, placer y armonía, de este modo no le faltaría nada.
Aquí también Adán y Eva desobedecieron a Dios y comieron la fruta del Árbol de la ciencia del bien y del mal. Fueron maldecidos por su desobediencia: él trabajaría con el sudor de su frente, ella daría a luz con dolor y la culebra reptaría.
Luego fueron expulsados para evitar que el hombre alcanzara la vida eterna, pues ya tenía conocimiento del bien y mal al igual que la mujer provocó al hombre para que comiera del fruto del conocimiento. Esto está bien explicado en Génesis 3:22 y 3:24.
El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre.
Génesis 3:22
Para la protección del Edén y el camino hacia del árbol de la vida, La Biblia dice que Dios puso unos querubines al oriente del huerto de Edén, y una espada ardiente.
Para ampliar información sobre Adán y Eva, véanse sus artículos principales.
EDÉN (Placer). 1. Región en la que el Creador dispuso un parque o jardín como hogar original para la primera pareja humana. El que se diga que el jardín estaba “en Edén, hacia el este”, debe indicar que ocupaba solo una porción de la región llamada Edén. (Gé 2:8.) Sin embargo, después se le llama “el jardín de Edén” (Gé 2:15), y en textos posteriores se le denomina “Edén, el jardín de Dios” (Eze 28:13) y “el jardín de Jehová”. (Isa 51:3.) La Versión de los Setenta tradujo la palabra hebrea para “jardín” (gan) por la palabra griega pa‧rá‧dei‧sos. A este hecho se debe la asociación de la palabra española “paraíso” con el jardín de Edén. Génesis 2:15 dice que “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén”. Estas palabras no significan que la creación del hombre se efectuó fuera del jardín, sino simplemente que Dios ‘tomó’ al hombre en el sentido de que lo formó y creó de los elementos de la tierra, y luego lo dejó en el jardín en el que tendría que vivir. La asignación de trabajo del hombre era cultivar y cuidar del jardín. Entre los árboles y las plantas de Edén se hallaban todas aquellas especies que embellecían el paisaje, así como las que proveían alimento en amplia variedad. (Gé 2:9, 15.) Este hecho por sí solo indica que el jardín debió tener una extensión considerable. Existía una gran variedad de vida animal en el jardín. Dios puso ante Adán “todos los animales domésticos y [...] las criaturas voladoras de los cielos y [...] toda bestia salvaje del campo”, y una de las primeras tareas de Adán consistió en poner nombre a todos ellos. (Gé 2:19, 20.) Las aguas del río “que procedía de Edén” regaban el suelo de Edén. (Gé 2:10.) El hecho de que el hombre estaba desnudo permite suponer que el clima era templado y agradable. (Gé 2:25.)
C O N T I N U A R E M O S . . .

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